Un fluido de virtudes curativas

Propiedades de la saliva. Primera parte

Mar Tarazona Beltrán.
Odontóloga

Si observamos la naturaleza, vemos que casi todos los animales que tiene lengua, la usan para aliviar el dolor y curar las heridas. Si el simple hecho de que los animales usen su saliva a diario no te parece suficiente argumento, a continuación te contamos algunos datos interesantes.

El doctor Niegel Benjamin afirma que lamerse las heridas es tan beneficioso para las personas como para los animales, tras realizar un estudio en el que descubrió que una de las sustancias más poderosas de la saliva es el nitrito. Este elemento se descompone en óxido nítrico, con un efecto antibacteriano que protege de cortes, heridas, rasguños o quemaduras.

En 2006, científicos del Instituto Pasteur descubrieron el poder analgésico de la opiorfina, sustancia presente en la saliva con una capacidad analgésica 6 veces superior a la morfina.

En la Universidad de Ámsterdam descubrieron las llamadas histatinas, proteínas de la saliva con un extraordinario poder para activar la migración de las células epiteliales y facilitar una rápida cicatrización de la piel.

En la Universidad de Florida, se descubrió una proteína en saliva llamada “factor de crecimiento nervioso“, que produce cicatrizaciones en la piel el doble de rápido que sin ella.

Otro ejemplo que se atribuye al poder de la saliva en la boca es que las heridas de la boca cicatrizan 6 veces más rápido que las heridas producidas en otras partes del cuerpo y, además, no quedan cicatrices.

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En general, podemos decir que la saliva tiene un gran poder analgésico, cicatrizante, antibacteriano, coagulante y acelerador de la regeneración celular. Las aplicaciones más comunes son en heridas, quemaduras, picaduras y afecciones de la piel.

Sin embargo, otros profesionales defienden que la saliva puede ayudar en otro tipo de trastornos como dolores musculares, calambres, reuma, artritis, esguinces. También en forúnculos, verrugas, llagas, dolor de garganta, acidez, afonía, salud de los ojos, narices…

La saliva es fácil de producir y usarla. Hay que tener en cuenta que la mejor saliva es la de primera hora de la mañana sin lavar los dientes. Hay que aplicar bastante cantidad y no lavar la zona durante unas cuantas horas. La mejor saliva es la de las mujeres embarazadas y la de los bebés sin dientes.

La saliva es un líquido incoloro, inodoro, insípido y un poco espumoso que está constituido básicamente de agua y cumple muchas funciones dentro de la cavidad oral. Está segregada por las glándulas salivares de la boca, que se encuentran por todas las regiones bucales excepto en la encía y en la porción anterior del paladar duro. Las hay mayores y menores, existen tres pares de las mayores (las parótidas, sublinguales y submaxilares) y más de 600 de las menores repartidas por la mucosa oral.

El líquido está compuesto por componentes orgánicos e inorgánicos. Los primeros son las glucoproteínas, las enzimas y las inmunoglobulinas, mientras que entre los componentes inorgánicos están el bicarbonato y fosfato, que se encargan de neutralizar los ácidos que provocan la caries.

La saliva junto con la secreción gingival o las partículas de alimentos conforman el fluido oral, que ayuda a la creación del bolo alimenticio y a la protección de las estructuras orales.

Lo normal es que una persona adulta segregue entre 1,5 y 2 litros de saliva al día, en su mayor parte durante el día y como respuesta al hambre, deseo sexual o el estrés.

A diferencia de lo que muchos creen, la producción de la saliva no varía en función de la edad (excepto en el caso de la menopausia), pero sí que tiene que ver con diferentes factores: más temperatura, menos salivación; más ansiedad y estrés, menos salivación; ciertos medicamentos como antihistamínicos, antidepresivos, antiasmáticos o antihipertensivos influyen disminuyendo la producción de saliva, y la radioterapia de cabeza y cuello provoca hiposalivación irreversible, dependiendo de la destrucción del parénquima glandular; malos hábitos como una dieta poco equilibrada, el consumo de alcohol o el tabaquismo también influyen en una menor salivación.

Durante la noche la producción de saliva se reduce debido a la menor utilización de la boca, por lo que su capacidad protectora también disminuye. Debido a ello es tan importante el hecho de cepillarse los dientes antes de ir a dormir.

La xerostomia es una patología en la que hay una diminución de la producción de saliva. Se incrementa el riesgo de padecer caries, la mucosa se irrita con mayor facilidad, hay dificultad para tragar alimentos, halitosis y aumenta la posibilidad de infecciones por hongos.

Por todos estos motivos, la saliva es clave para nuestra salud bucodental, un “remedio” barato y accesible.

clinica@clinicadentalmartarazona.com



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